Bienvenidos al blog de la isleña

Cada persona tiene, en un momento y lugar determinados, una isla. Un pequeño trozo de tierra o de tiempo donde se desnuda y se relaja.
Es un lugar donde se puede respirar y donde aflora lo que distingue al homínido vertebrado del ser humano: el Amor.
Normalmente, uno encuentra o permite a esa isla que se manifieste con toda su magnificencia al final del camino. Al llegar a la meta. Cuando el peregrino se ha encontrado con la mayoría de obstáculos y placeres; con la mayoría de personas, buenas o malas, generosas o egoístas, coherentes o desviadas; y, sobre todo, cuando ha aprendido a distinguir los desperdicios del pensamiento autómata -e involuntario- de la verdadera luz de la existencia.
No es mi cometido en ningún caso juzgar o evaluar en esta bitácora el peregrinaje ajeno, al contrario. Yo soy una peregrina más. Y, como todos, también tengo mi isla. Me la dieron poco después de nacer. Me crié en el seno de un faro. El que brinda la luz que sirve de guía a los navegantes que están llegando a la isla, el que los advierte de los peligros de ese pequeño cachito de tierra que, aunque pocos, también los tiene.
Pero como todos queremos lo que no tenemos, esa circunstancia me llevó a querer salir de ella. A ver, conocer y experimentar con intensidad todas las cosas que aparecen en el camino.
Que, al fin y al cabo, de eso se trata.

Aunque no haya sido algo premeditado, este blog se crea en vísperas de la primavera. Cuando la luz permite que las semillas comiencen a germinar para dar lugar a una preciosa flor.

Benvinguts.

Un saludo.

3 comentarios

  1. Kiski said,

    marzo 9, 2008 a 2:40 am

    Rebienvenida a la blogoesfera…

    Un Beso

  2. Caminante said,

    marzo 9, 2008 a 1:51 pm

    Benvingut Kiski

  3. Juan Jose said,

    octubre 31, 2008 a 2:53 am

    Es curioso el hecho de arrancar un diálogo con todos y con nadie y ni se por que me detuve mas en tus entradas que en otros sitios. Cuando comence el mio (no hace mucho) visualizaba el punto de destino como el mismo de salida, pero con una experiencia adquirida en el trecho recorrido.


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